Ruta alrededor de Terrassa

Agradable paseo por la sierra de les Martines y la sierra de Can Guilera, donde los bosques de pino blanco se abren para dar a los campos de cereal y hacernos disfrutar de unas buenas vistas del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y de la llanura vallesana.

Salimos de la hípica a la derecha, por el camino de acceso. Al empezar la subida, cogemos el sendero que sube por debajo de los pinos hasta el nivel de la calle, pasando detrás de las primeras casas. Seguiremos paralelos a la calle por el camino de tierra hasta desembocar en la calle, sobre la que tendremos que caminar durante unos pocos metros para recuperar la pista ancha, de terreno calcáreo.

A partir de aquí, bajo los árboles vemos matas de romero y arbustos de brezo. Más adentrados en el camino tenemos una buena vista de la zona de Terrassa y Sant Llorenç del Munt y, a la derecha, una gran extensión de cereal, medio escondido por un margen con encinas pequeñas, algún pino blanco y unas grandes matas de retama. A la izquierda podremos ver un enlace entre el bosquecillo, con desnivel, para acortar la ruta o hacer variante de nivel medio.

Al llegar a un cruce grande, cogemos el camino de la derecha, que baja siguiendo el desnivel de la riera que queda a nuestra derecha. Aunque no se vea agua, podemos seguir el curso por la vegetación de hoja caduca, que aprovecha el suelo húmedo para tener hojas más grandes, tiernas y la madera más blanda al ser de crecimiento rápido: chopos, algún álamo (las hojas muy temblorosas cogen tono plateado), robles y algún madroño, todo ligado por la caña americana.

En esta zona más escondida hay bastantes gazaperas de conejo, por eso es frecuente verlos en el camino y esconderse bajo el ramaje cuando nos detectan. A media bajada, vemos un desvío a nuestra izquierda que permite hacer una vuelta por la otra vertiente, de dos horas de duración.

El camino hace una curva a derecha. Enseguida encontramos un desvío hacia Sant Muç y, pocos metros más adelante, una cadena que tendremos que rodear por el lado. Ahora nos enfilamos por camino ancho, pero bajo un bosque joven de pino blanco hasta que el terreno se allana, se abre y, detrás de los campos de cereal, volvemos a tener una buena vista de Sant Llorenç y de la llanura vallesana, ahora del sector de Sabadell. Al final del campo vemos un montículo, como en barbecho, un buen ejemplo de la recuperación de un antiguo vertedero incontrolado. Después el camino ya se enfila, recuperando el mismo recorrido que hemos hecho a la ida.

La ermita de Sant Muç es uno de los puntos de interés que encontramos cerca de esta ruta.